viernes, 12 de diciembre de 2003

Debate entre los escritores y periodistas: El periodismo ¿Hijo bastardo de la literatura?

* Nota aparecida en el periódico Intolerancia:

No hay lectores más traicioneros que los de un periódico: Eusebio Ruvalcaba.

El desprecio de los periodistas

La mesa redonde había causado gran espectación.
Ya desde el el mismísimo título se imponía una sensación de duelo de espadachines, una confrontación mediada entre la elegancia retórica y la pasión futbolera.
El título de la mesa redonda colocado como pregunta “¿El periodismo, hijo bastardo de la literatura?”, suscitó reacciones disímbolas.
Las más discretas pretendían responder la pregunta con un potente “sí”. Sí, la literatura es una madre sobreprotectora que en un acostón se embarazó de periodismo y dio luz a ese engendro bastardo que por moral la exvirginal literatura no pudo abortar. Otras, ya con un sabor a escepticismo miraban en esa pregunta, en la forma misma de la pregunta, una trampa, una afirmación suspendida en el aire, algo que al ser preguntado pretendía ya una afirmación. A final de cuentas, sí existía algo sólido y firme denominado “literatura” y otra sustancia igualmente clara y distinta, llamada “periodismo”.
Todos imaginábamos que el viernes, el día de la mesa redonda podría disiparse la genealogía del periodismo y qué relación familiar jugaba con la literatura.
- Oiga, a usted lo conozco- Yo lo leía en la sección cultural de El Financiero. Me acuerdo una vez que escribió que sus alumnos de comunicación de la Ibero, allá en Santa Fe, eran unos inútiles.
- Ah. ¿Yo escribí eso? – Respondió Eusebio Ruvalcaba, participante en la mesa redonda.
- Sí, usted lo escribió, además también escribió que en lugar de hacer revistas culturales, había que darle a oler los dedos a una mujer después de mear.
- Oiga, yo pensé que usted era más joven.
- Ah. Eso piensa todo el mundo.
***

Con la ausencia de Jaime Avilés, Victor Roura –editor de la sección cultural de El Financiero – y Eusebio Ruvalcaba –escritor y periodista – debatieron sobre la bastardía del peridismo.
Roura elogió, entre chistes al estilo Polo Polo y presunciones de su flamante vida erótica, la libertad del escritor y su capacidad lúdica. Ruvalcaba atinó a decir “Los escritores desprecian al periodismo. Pero no hay lectores más traicioneros que los de un periódico.”
Moderó la mesa Frank Loveland. Representando a los medios poblanos participó Mariano Morales ante un público heterogéneo en Profética: poetas y escritores, el público asiduo a esta librería, la novedad nocturna fueron los reporteros de los medios locales que asistieron sin la presión de la nota, pero con el chisme en la sangre para saber quién parió el periodismo.
Victor Roura – rochstar del periodismo cultural – fue el primero en tomar la palabra. El editori del suplemento cultural de El financiero abrió fuego diciendo que, en literatura, el escritor encuentra libertad para su trabajo.
Frank Loveland, coordinador de la Maestría en Letras Iberoamericanas de la Ibero Puebla, moderaba la mesa por la orillita ante la hegemonía verbal de Roura y la ansiedad del público reunido en Profética.
Para el novelista Eusebio Ruvalcaba, tanto el periodismo y la literatura estan hermanadas en el momento en el que se le mete “tijera a los textos”, periodista y escritor se unen cuando ya sea por cuestiones editoriales o por asunto temático. El periodista ve y describe, el periodista ve y habla. Un escritor como un periodista siempre está escribiendo, pero uno se ciñe a la verdad y otro da rienda suelta a la imaginación, dijo Roura.
La literatura, en palabras de Roura, permite una gran libertad creadora, dijo el editor cultura.
Roura se destapó. Ya entrado y conectado con el público el escitor y poeta se lanzó en contra del escritor nacido en Puebla, Sergio Pitol, de quien dijo, las novelas que escribe no son novelas; también aprovechó para señalar que el periódico izquierdista La Jornada – punto de referencia de los escritores mexicanos - , posee una dirección autoritaria.
Roura dijo que si hay jazz fusion, entonces el periodismo es como si fuera la fusión entre el jazz y la cumbia. Sólo que no aclaró cuál es cuál.
Por su parte, Eusebio Ruvalcaba enlistó las dificultades del periodista: un tiempo límite y un espacio límite. Ruvlacaba explicó que, para el periodista, la escritura se mide en caracteres, en un tiempo en el que hay que entregar y es un ejercicio que exige una gran disciplina.
La mesa terminó sin ninguna conclusión. Roura dormía la mona, demostrado de facto que lo que une, algunas veces, a escitores y a periodistas es el bacalacho."


Mario Martell
Intolerancia
14 de diciembre de 2003








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