Fue en septiembre de 1957 cuando apareció Piedra de sol, quizá el poema más conocido del poeta mexicano Octavio Paz. Sus 584 endecasílabos en verso blanco cimbraron las letras en español. La crítica se volcó -casi de manera unánime- a hablar de sus méritos, de su genialidad. José Emilio Pacheco nada más lo calificó de ser "el mejor poema mexicano del siglo XX".
¿Cómo se lee Piedra de sol 50 años después de su publicación?
¿Se lee?
¿Es válido seguirlo considerando el "mejor poema mexicano del siglo XX"?
¿Cómo lo ha tratado el tiempo en comparación con "Muerte sin fin", para muchos el verdadero "mejor poema mexicano del siglo XX"?
¿Cómo lo leen los jóvenes en 2007?
¿Los emociona, los aburre, les da risa, los exalta?
Estos fueron algunas de las preguntas planteadas por Julián Herbert (Acapulco, 1971) -al alimón con Frank Loveland- en esta conferencia, la cual fué precedida por la estupenda lectura del poema (30 minutos de magia) que hizo el propio Loveland.
Herbert, uno de los mejores poetas mexicanos contemporáneos, compartió sus reflexiones sobre Piedra de Sol sin reverencia ni temor: de poeta a poeta, horizontalmente, respetuoso pero incisivo, cuestionador. Reconoció sus méritos y señaló sus fallas.
Una lectura como la que debemos hacer siempre, se trate de un consagrado o no.
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1 comentario:
¡Muy mal! Fue no se acentúa... ;(
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