Pasadas las siete de la nocha inició la presentación del polémico libro de Sanjuana Martínez "Manto púrpura: Pederastía clerical en tiempos del cardenal Norberto Rivera Carrera" (Grijalbo Mondadori, 2007) ante casi doscientas personas. En la mesa también estuvieron Jesusa Rodríguez, Eduardo Almeida (en representación de María Eugenia Sánchez Díaz de Rivera), Catalina Osorio y Lilia Vélez Iglesias.
Al inicio del evento, Martínez dijo que dos horas antes se había puesto en contacto con sus informantes en Estados Unidos quiénes afirmaron que los abogados de Norberto Rivera acababan de presentar las pruebas que el cardenal se había negado a mostrar. Martínez cuestionó el origen del dinero que cubre los gastos de la defensa de Rivera Carrera, pues cada uno de los abogados recibe 500 dólares por hora.
Uno de los primeros puntos que aclaró la autora es que ella se considera católica y que en ningun momento consideró que su investigación fuera anticlerical, sino por el contrario, buscaba encontrar la verdadera Iglesia, en la que ella cree. Se le cuestionaron los motivos para escribir "Manto púrpura" y si entre ellos estaba el haber sido abusada de niña, a lo que Martínez dijo que no, que el motor principal de su obra es la fuerte indignación que siente al ver la enorme cantidad de casos de pederastía que van siendo descubiertos dentro de la Iglesia católica.
Poco después, explicó que los sacerdotes son una especie singular de "depredadores sexuales", pues tienen un poder especial sobre mucha gente, al igual que los pederastas de "mezclilla" o "traje" haciendo clara referencia a Mario Marín y Kamel Nacif.
A pesar de las críticas lanzadas hacia el cardenal Rivera Carrera, Martínez le "agradeció" el haberle permitido conocer a Jesusa Rodríguez, pues éste las había acusado de haber organizado la irrupción de católicos en las misas dominicales en la catedral capital. Sin embargo, no fue sino hasta ese día, que la autora pudo conocer en persona a Jesusa Rodríguez, a quién cedió la palabra.
En una especie de carta escrita con el tono irónico que caracterriza a la activista, Rodríguez atacó la doble moral que reina en la Iglesia y en otras instituciones.
Eduardo Almeida leyó el documento enviado por su compañera María Eugenia Sánchez Díaz de Rivera en el que, aprovechando las referencias hechas al caso Marín-Nacif-Cacho, dijo que tanto "Manto púrpura" como "Los demonios del edén" deben convertirse en referencia obligada para despertar la conciencia de la sociedad nacional.
Lilia Vélez criticó el abuso de poder por parte del clero y finalmente Catalina Pérez Osorio habló de una reestructuración social en la que sea posible penalizar legalmente a los sacerdotes pederastas.
Tras una serie de preguntas y respuestas, el evento terminó alrededor de las 9 de la noche.
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