Sin exagerar, el taller fue una excelente forma de acercamiento a lectura de poesía. A continuación algunos de los puntos que se trataron,
-Los poemas son estructuras complejísimas que reúnen en pocas líneas una cantidad increíble de conceptos e ideas. Sin embargo, por muy complejo que un poema pueda ser, es posible descifrarlo, sólo hace falta paciencia y dejar las interpretaciones a un lado, ceñirse únicamente a lo que el poema está diciendo, a su propia lógica, todo lo que podamos decir sobre él debe en un principio estar en él mismo. Después podemos indagar en la forma que tenía el autor de tomar el cigarro, en la revolución que le tocó vivir, en su pensamiento cósmico, etc.
-Leer un poema con detenimiento no es un ejercicio placentero, al contrario, es una operación extremadamente artificial, incómoda.
-Hace 100 años mis bisabuelos se escribían poemas en las cartas como hoy en día alguien cuenta una anécdota cotidiana en un mail.
-¿Qué es un buen poema? Aquel que puede enseñarnos algo nuevo. Así de simple.
-Leer un poema con detenimiento lleva muchas horas, de ahí que no podamos hacerlo con cada poema que se cruza en nuestro camino, nos convertiríamos en unos pedantes terribles. Ahí entra en juego nuestro jucio personal.
Juan Antonio Montiel
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